Mucho se habla de que el pensamiento o la forma de pensar es lo que determinará nuestra realidad, es decir, lo que pensamos lo veremos reflejado en nuestra vida “tarde o temprano”. Esto es sencillo y a la vez no, porque el hecho de solo pensar lo que deseamos, así como así, no significa que al instante lo obtendremos porque para lograrlo existe un proceso, una fórmula que nos ayudará a manifestar lo que deseamos.
En anteriores artículos hemos tratado el tema de la Ley de Atracción y esta es la continuación de los dos últimos pasos de la Fórmula de la Ley de Atracción que son el Sentimiento y la Acción. Pero antes de pasar a ellos recordemos que el pensamiento es el primer paso para direccionar nuestra vida y esto lo hacemos formando afirmaciones correctas y, lo más importante, es incluir dentro de la afirmación que sea acorde al orden universal.
Entremos al tema que nos compete y para empezar definamos lo que son los sentimientos. Estos van ligados con las emociones, en resumidas cuentas, los sentimientos son estados de ánimo provocados por las emociones, es decir, cuando nos sucede algo que nos parece gracioso nos reímos, nos alegramos y esta emoción se convierte en sentimiento, entonces, al estar alegres somos conscientes y nos permitimos estar felices haciendo que se convierta en el sentimiento de la felicidad.
Y así como hay sentimientos positivos (como la felicidad y el amor) también hay sentimientos negativos, por lo que saber gestionarlos nos ayudará a reaccionar mejor y decidir el cómo sentirnos, así que los sentimientos negativos no son malos, sino que estos también son necesarios para crecer y formar nuestro desarrollo personal.
Aclarado lo que son los sentimientos, estos influyen en nuestra conducta, por ejemplo, cuando estamos felices hacemos cosas que nos gustan y cuando estamos enojados nos quejamos e incluso puede que molestemos a los demás. Entonces los sentimientos influyen directamente en nuestra conducta, en nuestras acciones. Es por eso que, cuando deseamos o vamos a pedir algo a la mente universal (a la energía divina), se nos pide estar en un estado alfa, es decir, colocarnos en el sentimiento correcto (ya sea de felicidad o de amor, de paz) para que todo fluya con ese mismo estado, esa misma energía.
Teniendo el sentimiento correcto a la hora de afirmar o decretar lo que va a hacer este sentimiento es sellar la afirmación, por así decirlo. Por ejemplo, es como si mandáramos una carta donde escribimos nuestra afirmación y después cerramos la carta y le colocamos la postal, pues esa postal es el sentimiento que le vamos a colocar.
Entonces, ya tenemos la afirmación, lo hemos pedido de acuerdo con el orden universal, sellamos con un sentimiento positivo nuestro deseo, lo que sigue es la acción y ¿qué es eso de la acción? Es poner manos a la obra, es verdad que al pedir de acuerdo con el orden divino el universo se encargará de colocar los momentos idóneos en los momentos correctos para la realización de nuestro deseo, es por eso que debemos de estar alerta y hacer acciones de acuerdo con nuestro deseo.
Por ejemplo, si hemos pedido encontrar la pareja ideal, la cadena en reacción de la fórmula de la ley de atracción quedaría de la siguiente manera: 1) Programación, revisar y definir lo que es para nosotros el amor; 2) Pensamiento, realizar el decreto o afirmación: “Hoy estoy feliz porque encontré a mi pareja perfecta que me escucha y me apoya en todos los sentidos, gracias porque mi pareja ideal llego en armonía y de acuerdo con la voluntad divina, bajo la gracia y de manera perfecta.”; 3) Sentimiento, mientras afirmamos debemos sentirnos como si ya estuviera hecho nuestro deseo, es decir, sentir que estamos con esa pareja ideal, el cómo es estar con él o ella; 4) Acción, permitirnos abrirnos al amor, permitirnos conocer nuevas personas y entablar conversaciones, quien sabe, igual y esa es la pareja ideal; y 6) El resultado, aquí como su nombre lo dice es cuando ya está el deseo realizado y no queda más que agradecer y disfrutarlo.
Algo muy importante, es que cuando aplicamos la ley de atracción debemos soltar el deseo y esto significa dejarlo fluir y confiar, procuremos no estar pensándolo a cada momento porque es posible que es tanta nuestra persistencia que en lugar de sellarlo con el sentimiento correcto lo llenemos de preocupación y estrés, por lo que cuando veamos el resultado no sea lo más satisfactorio. Tengamos la mente abierta, alerta y continuemos nuestros decretos o afirmaciones imprimiéndoles el sentimiento positivo y accionando, así es como veremos el resultado, nuestro deseo manifestado.