Somos los jardineros de nuestra vida, cultivamos nuestro mundo interno plantando las semillas que son nuestros pensamientos, sentimientos, emociones e ideas. Gran parte de nuestra vida nos la pasamos en el jardín de nuestros pensamientos, los contemplamos como si fueran una “película”. Eso nos ha hecho perder, hasta cierto punto, la sensibilidad del presente, del aquí y del ahora. Sin embargo, la meditación es un camino que nos ayuda a conectar ese jardín que es nuestra mente con el cuerpo.
La meditación es una práctica milenaria y sus antecedentes se encuentran en el budismo. Si aplicamos la meditación podremos ser más conscientes de lo que acontece en nuestro mundo interno y, por ende, lo del mundo externo. Nuestra perspectiva acerca de la vida cambiará, es decir, al practicar la meditación nos hará cambiar de mentalidad posicionándonos en un modo de mentalidad positiva.
En esta ocasión te mencionaremos cuatro tipos de meditación y de acuerdo con la tesis La meditación como alternativa para restablecer desajustes emocionales y adquirir capacidad de control sobre estas de Mondragón A. Mauricio, la meta de la meditación es la focalización de nuestro mundo interno para después focalizarnos con el mundo externo. Los tipos de meditación son los siguientes: Anapanasati, Metta, Vipassana y Mindfulness.
Anapanasati
Esta meditación consiste en la respiración. Respirar es vitalidad, es estar vivo y la respiración es nuestra compañera diaria. Respiramos de forma automática, pues no tenemos que estar pensando “inhala-exhala”, es una función establecida e instalada en automático en nuestro cuerpo.
Anapanasati nos enseña a concentrarnos en el presente a través de la respiración, ya que el presente es lo único que tenemos en realidad, concentrarnos en situaciones pasadas o en divagar en el futuro nos podrán aportar algo, pero el presente es donde tomamos acción y protagonismo para cambiar o crear nuevas actitudes y pensamientos. Para llevar a cabo la meditación Anapanasati, nos debemos de sentar con las piernas cruzadas, con la espalda recta y prestar atención cuando inhalamos y exhalamos.
Metta Bahavana
La meditación Metta o de amor incondicional, consiste en reconocer esa relación con uno mismo y con la vida exterior. Esta meditación tiene como objetivo el reconocimiento de la conexión de nuestro mundo interno con el externo, por lo que al practicar esta meditación nos ayudará a expandir y formar una conciencia libre de egoísmo.
Metta enseña a polarizarnos hacia el amor incondicional entendido como amor benevolente y empático. Nos propone hacer parte de nuestra cotidianidad la perspectiva de amabilidad hacia uno mismo y con los demás. Lo anterior hace evidente los sentimientos negativos y la posibilidad de creer que no hay nada bueno en uno mismo ni en los demás.
No obstante, practicar esta meditación nos enseña que no debemos de huir de estos sentimientos y comportamientos negativos, sino que debemos de identificarlas y procesarlas para que estas pierdan su poder en nosotros, para que nos dejen de manipular e instalar creencias no benéficas. De esta manera, podremos suplir aquellos pensamientos negativos por pensamientos positivos y que estos rijan nuestra vida.
Durante la meditación Metta Bahavana se desarrollan cuatro estados o mettas: 1) Karuna Bahavana, aquí nos enfocamos en el desarrollo de compasión; 2) Mudita Bahavana, nos enfocamos en desarrollar la empatía; 3) Upeka Bahavana, nos enfocamos en ser ecuánimes, es decir, en la serenidad para no dejarnos llevar por las emociones y, por último; 4) Metta Bahvana, en donde nos concentramos en el amor y en la buena voluntad.
Vipassana
La meditación vipassana o de atención plena consiste en ver la realidad tal como es y no como quisiéramos que fuera, además, nos enseña a aceptar y a soltar. Durante la meditación tendremos que concentrarnos en nuestros pensamientos y desapegarnos de ellos.
Al meditar vipassana se nos pide concentrarnos en ciertos movimientos de nuestro cuerpo. Por ejemplo, en el movimiento de la mano (prestamos atención solo en la mano) después en el movimiento del brazo (dejamos de lado la atención de la mano y prestamos atención a todo el brazo) después al hombro (prestamos atención al movimiento del hombro y ya no del brazo) así sucesivamente prestamos atención y soltamos hasta que el guía de la meditación concluya los pasos de la atención plena.
Lo anterior es solo un ejemplo de la meditación vipassana donde aceptamos y soltamos para expandir nuestra atención, es la concentración de la actividad del cuerpo y mente.
Mindfulness
Esta meditación es de “atención plena”, es similar a la de Vipassana pero en Mindfulness es una atención a las actividades cotidianas con menor focalización. Este tipo de meditación nos ayuda a regular el estrés, a calmarnos y a aprender a ser contemplativos de las situaciones de la vida.
Cabe destacar que en los cuatro tipos de meditación que hemos expuesto el punto central es la concentración, con ello calmamos la mente y dirigimos toda esa energía hacia el lado positivo, hacia la benevolencia.
Podemos practicar una de las cuatro meditaciones, no obstante, se pueden combinar, pero eso ya dependerá del plan de la meditación ya que se debe de acoplar y enseñar de manera continua, es decir, desde el nivel de principiantes hasta avanzado. Lo anterior es porque, probablemente, se dificulte al principio adquirir concentración, ya que nuestra mente puede ir y venir de varios pensamientos.
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